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Seis técnicas comprobadas para ser tu propio jefe

Seamos sinceros, todos hemos soñado con lanzar nuestro propio negocio, hacer crecer una empresa exitosa y no tener que llamar jefe, a nadie más que a nosotros mismos. Pero esta meta, no es cosa fácil, ya que entran en juego la personalidad, la determinación y también las estrategias gerenciales.

No todo es libertades y relajo cuando eres tu propio supervisor. Cuando vos tenés que asegurar que se paguen las cuentas. Y lo admito, me costó llegar hasta acá, pero no me arrepiento ni un solo segundo de haberlo intentado, porque cada paso me llevó hasta donde hoy estoy, con una tarjeta sobre mi escritorio que dice: Gerente general.

Vos también podés. Solo tenés que quererlo y esforzarte por ello.

Acá dejo una breve lista de las cosas que me funcionaron. Espero te sirvan de guía y te permitan ser el dueño de tu propio destino.

  1. Organizá un cronograma de trabajo mensual: es muy difícil llegar al éxito sin coordinación. Realizá un esquema programático que incluya un patrón, una rutina de trabajo propia y comprométete a ella. Por ejemplo; lunes de 9 a 12, desarrollo de concepto; de 2 a 3, esquematización y registros; martes de diseño, etc, etc…Tener autodisciplina te permitirá conseguir la meta.
  2. Enumerá metas diarias: tú propia “to do list”, algo que debés hacer antes de finalizar la jornada. Cumplir con objetivos diarios facilitará la llegada de resultados a largo plazo, ya que, de poco en poco, irás logrando lo que necesitas. Lo importante es no ser negligente con las tareas a realizar ningún día.
  3. Amá lo que hacés: entregarse a la construcción de un negocio propio es una cuestión que requiere tiempo y sacrificios, por lo cual tiene que apasionarte lo que hacés. Así, el trabajo no se sentirá como una carga pesada, por el contrario, será fuente de satisfacción y alegría
  4. Pensá en los detalles: al final del día, allí está la diferencia. Tu negocio, sea en el área que sea, lo harán especial los detalles. Así que no tengás miedo de arremangarte la camisa y conocer todos los aspectos de tu emprendimiento. Que para vos no haya trabajo sucio, que sepas cada una de las cosas que conlleva construir ese imperio por el que trabajas.
  5. Fijá un presupuesto: financieramente es clave mantener el control cuando se inicia un negocio. Allí está el talón de Aquiles de más de uno. Una vez que el dinero empieza a llegar, hay quienes tienden a gastar demás. Mantente enfocado, usá los recursos en la medida de las necesidades que vayan surgiendo.
  6. Mantente sediento: toma orgullo en lo que haces, sé consciente de tus posibilidades y ve incrementando tus metas en la medida que vaya creciendo tu negocio. No pienses en pequeño, sueña en grande.

Atrevéte a decir, “aposté por mí mismo y lo logré”. Descubrí todas las posibilidades, cliqueá en https://www.centrocultural.cr/