¿Sabés que sólo el 3,5% del agua en el planeta tierra es dulce? Y de ese porcentaje, más de la mitad se encuentra concentrada en los polos, congelada o bajo la superficie. Hablando en términos de masa, el agua dulce sólo reflejaría el 0,007% y tiene que rendir para satisfacer las necesidades de las 7.350 miles de millones de personas que actualmente caminan por el globo terráqueo.
Es decir, cada vez es más imperativo tomar acciones para ahorrar el líquido y enseñarle a nuestros hijos a hacer lo mismo, ya que su propia supervivencia depende de ello.
Acciones simples; como bañar a las mascotas en el jardín (o en algún lugar que necesite regarse) y usar el agua del enjuague que arroja la lavadora para regar las plantas permiten reutilizar el agua y de esa forma es menor el gasto.
Es importante ser creativo, se puede “engañar” algunos de los artilugios que utilizamos a diario, por ejemplo, si no tiene un inodoro ecológico pueden llenar dos botellas de agua salada y colocarlas dentro del tanque, de forma que el inodoro no gaste agua demás.
No desperdiciar es clave: si se cae un hielo, puede arrojársele a una planta; es posible cerrar el grifo mientras nos enjabonamos, o llenamos de jabón los trastes; reportar las fugas de agua o reparar las tuberías que gotean en la casa con rapidez; en la cocina, cosas como lavar las frutas y verduras en un recipiente con agua, en vez de con el tubo, o descongelar la comida en el refrigerador y no por remojo ahorran hasta 30 litros mensuales según un estudio de la Universidad de Bonn.
Inclinarse por el ahorro total también es una opción. Evitar juegos como pistolas de agua para los niños; limpiar el carro con productos limpiadores ecológicos que no requieren del vital líquido, usar escobas en vez de mangueras para limpiar las aceras…pequeñas acciones que van sumando.
Lo importante es intentar. Buscar un mundo más atento a lo que ocurre con la madre naturaleza. ¿Quiere saber cómo puede ayudar más? Descubrí https://www.centrocultural.cr/