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Cinco lugares en Costa Rica para amantes de la ecología

Siempre decimos que Costa Rica es el mejor país del mundo. La camisa de la sele nos acompaña en cada juego y el gallo pinto es obligatorio en el desayuno pero, ¿qué tanto la conocemos? El amor a primera vista sí existe y se llama: tierra tica.

Costa Rica es, sin duda alguna, uno de los países más ecológicos del mundo. Un 25% de su extensión territorial está en categoría protegida ya que cuenta con más de 500.000 especies variadas entre sus playas y cumbres. Esto lo convierte en uno de los lugares con mayor diversidad del mundo. Y vos y yo somos los afortunados de llamarle patria.

El diario La Nación lanzó una votación digital para descubrir cuáles, a juicio de los ticos, son las verdaderas maravillas naturales del país: los lugares must, los de vista obligatoria. Acá traemos un twist con síntesis y picardía: el top 5 del Centro Cultural Costarricense Norteamericano para los amantes de la ecología.

  1.  Santuario de Perezosos: como para morirse de ternura, rodeándose de los recién nacidos perezosos. Ubicado en Limón, el santuario es un destino necesario para los amantes de la naturaleza, ya que se encarga de rehabilitar a los perezosos que han quedado huérfanos, electrocutados y/o heridos. Desde que entró en funcionamiento en 1992 han atendido más de 500 de estos ejemplares, que se encuentran en la lista de animales en peligro de extinción.
  2. Parque Nacional Marino Ballena: Localizado en Puntarenas, es un homenaje a la vida marina. Se creó para preservar hábitats críticos para la reproducción de especies del mar y comunidades biológicas de la costa, resguardando arrecifes y dando paso seguro a ballenas y delfines durante la época apareamiento, mamíferos en severo riesgo de extinción. Visitarlo sirve para sentirse “pequeño” ante la inmensidad de la naturaleza y escuchar la serenata de ballenas cantantes.
  3. Parque Nacional Tortuguero: la tranquilidad y bochorno de los días, se convierte en otra cosa durante la noche. Allí se puede ver cómo comienzan a llegar las tortugas a la playa para dejar sus huevos. Se incorporó al listado de áreas protegidas en 1975 por ser el área de desove más importante del Caribe occidental para la tortuga verde; y lugar de llegada de las variantes: baula, caguama de color pardo y carey, todas en riesgo de extinción. Además pueden avistarse manatíes, vacas marinas, cocodrilos, múltiples crustáceos y hasta 52 especies de peces.
  4. Reserva biológica de Monteverde: Una alternativa para visitar medio país en un sólo viaje es ir a este lugar. Literalmente contiene el 50% de las especies de flora y fauna que existen en Costa Rica y un tercio de las orquídeas. Es reconocido internacionalmente por ser el bosque nuboso con mayor biodiversidad y permitir un gran avance para la conservación e investigación científica. Además, tiene actividades divertidas y ecoamigables, como el canopy, paseos a caballo, rappel, ranarios y mariposarios y vertiginosos puentes colgantes.
  5. Parque Nacional Rincón de la Vieja: es un recordatorio de lo bondadosa que es la madre tierra. Después de años de haber sido sometido a la sobreexplotación ganadera el área comenzó a regenerarse y expandirse. Su nombre proviene de una leyenda, que relata la trágica historia de una mujer que perdió sus amores ante la fuerza del volcán y pasó el resto de sus días merodeando en sus cercanías. Tiene 9 cráteres volcánicos y destaca porque allí “chocan” dos tipos de bosques: el nublado y el seco, que conviven en pacífica armonía. Es el lugar perfecto para los amantes del turismo contemplativo. ¿Y vos? ¿Agarraste algunas ideas para el verano?

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