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Delicias gastronómicas que probé gracias al inglés

Un par de meses después de mi ascenso en la empresa surgió la oportunidad de viajar al extranjero. Una conferencia internacional se llevaría a cabo en Bombay y una pequeña delegación costarricense bilingüe tendría el honor de representar a nuestro país.

No está de más decir que iba sumamente emocionado. Preparé mi maleta, los documentos del trabajo y una buena cámara para capturar cada momento. Cuando finalmente llegó el momento de abordar al avión, lo hice con una alegría indescriptible. Era mi primer viaje de negocios, y me eligieron a mi entre tantos compañeros del departamento.   

Tras aterrizar, noté lo importante que habían sido mis clases en el Centro Cultural Costarricense Norteamericano. En la India la mayoría de las personas se expresaban en su idioma natal, hindi, ninguna en español, pero casi todas dominaban el inglés como segundo idioma y los asistentes a la conferencia se expresaron exclusivamente in English.

Anuncios, menús, direcciones, múltiples indicaciones en el hotel, el centro de conferencias e incluso algunas de las principales vías de la ciudad se encontraban solo en hindi e inglés. Y aunque para algunos colegas fue un desafío comprender la acentuación tan marcada de los hindúes, afortunadamente yo tenía el oído un poco más afinado gracias a los TEDTalks empleados en las clases del Centro Cultural Costarricense Norteamericano por su alianza con National Geographic Learning.

Al salir de la primera jornada fuimos a cenar con la delegación estadounidense para hablar de negocios. Apenas llegué al restaurante noté que las tradiciones culinarias en el país son diferentes: las personas se sientan sobre manteles en el suelo, comparten los platos y comen con las manos. Por el olor se notaba el uso de muchas especias y picante en la comida, la cual se veía deliciosa.

Hablaba de esto con uno de los colegas norteamericanos cuando llegó el menú. Apenas lo abrí supe que tendría una excelente experiencia gastronómica; sus amplias, coloridas y cuidadas fotos, acompañadas de las descriptivas explicaciones de los platos terminaron por abrirme el apetito.

  • I would like some…what’s this?”

Fui el primero en aventurarme y llamar al mesero. Escuchando sugerencias de nuestros anfitriones, decidimos probar tres delicatessen: Dhal, Tandoori y Biryani de cordero.

A los minutos comenzaron a llegar los platos.

El Dhal lucía hermoso. Este plato tradicional tiene como ingrediente básico las lentejas aderezadas con jengibre, cúrcuma, pimienta roja picante, comino, tamarindo, canela, ajo y perejil majado. No había probado nada igual. Fue una verdadera delicia.

Poco después degustamos el pollo Tandoori, en el cual la proteína se marina por 12 horas en yogurt, jugo de naranja, ajo, jengibre, cúrcuma, comino, cayena, culantro y pimienta negra, lo que le da un color, olor y sabor exquisito. Este platillo lo acompañamos como indica la tradición, con Rumali Roti, (que en hindi significa “pañuelo”) una especie de pan, cuya textura es similar a la tortilla.

El último plato fue el Biryani un arroz dorado con cordero ricamente especiado con zumo de lima, azafrán, cúrcuma y hojas de laurel, al cual se le agregan: pasas deshidratadas, marañón y almendras tostadas.

Ha sido, sin lugar a duda, una de las mejores veladas de mi vida y todo gracias al inglés. Mi viaje a la India comenzó en el Centro Cultural Costarricense Norteamericano, donde aprendí más sobre el idioma y las culturas del mundo, gracias a la alianza con National Geographic Learning. ¿Qué tan lejos querés llegar? ¿Qué platillos del mundo te gustaría degustar? ¡Formate para lograrlo! Contactalos aquí.